Cómo los operadores logísticos hacen frente a los nuevos retos digitales

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La era digital en los operadores logísticos

La tecnología está cambiando la forma de hacer negocios de las empresas y transformando sus modelos logísticos. Algunos ejemplos de la incidencia de las nuevas tecnologías en el ámbito logístico y empresarial son el aumento de los consumidores digitales, la aparición de la economía colaborativa, la estandarización de las operaciones o la concentración de empresas.

Una vez que las empresas han ido integrando las funciones de su cadena de suministro interna con sus procesos operativos y de planificación, se intenta ir mejorando en la colaboración externa.

Dicha colaboración (también llamada "relación colaborativa") va más allá de una mera relación comercial entre cliente y proveedor y busca la generación de valor más allá de los valores creados por cada una de las partes de manera individual. Se trata de encontrar puntos de sinergia a través de la sincronización y la alineación de las operaciones para llegar donde, por separado, no se puede llegar.

Ejemplo de esto sería cómo rediseñar la cadena de suministro, desde la fabricación de un producto hasta su llegada al punto de venta, como si se tratase de una única empresa para, más tarde, definir el papel individual de cada uno de los socios.

Consultoras como Miebach Consulting están detectando un crecimiento importante del número de proyectos relacionados con la colaboración donde el operador logístico desarrolla un papel destacado. No sólo se trata de proyectos de transformación de la red logística, sino que existen más tipos de colaboración, como la planificación colaborativa, el vendor managed inventory, la reposición de datos sell out o los poolings de transporte y de almacenaje.

Para el operador logístico, los proyectos de colaboración son una oportunidad para posicionarse como dirigente de la cadena de suministro, aprovechando su papel de intermediario entre proveedor y cliente. No obstante, la colaboración puede ser también una amenaza si se toma desde un punto de vista reactivo, ya que existe el peligro de que fabricantes y distribuidores absorban el margen de la optimización, quedando el operador logístico como ejecutor de transporte y almacenaje.